CUENTOS CON ALMA...
Dios no hace a nadie para que esté sobrando en este
mundo; todos tenemos algo que aprender de los demás o
algo que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie. No vaya
a ser que esa persona nos hace un bien del cual ni siquiera
somos conscientes.
A TIEMPO
Cuenta la leyenda que un hombre oyó decir que la felicidad
era un tesoro.
A partir de aquel instante, comenzó a buscarla.
Primero se aventuró por el placer y por todo lo sensual; luego,
por el poder y la riqueza; después, por la fama y la gloria, y
así fue recorriendo el mundo del orgullo, del saber, de los viajes,
del trabajo, del ocio y de todo cuanto estaba al alcance de
su mano.
En un recodo del camino, vio un letrero que decía: «Le quedan
dos meses de vida.»
Aquel hombre, cansado y desgastado por los sinsabores de
la vida, se dijo:
—Estos dos meses los dedicaré a compartir todo lo que tengo
de experiencia, de saber y de vida con las personas que me
rodean.
Y aquel buscador infatigable de la feÜcidad, sólo al final de
sus días encontró que en su interior, en lo que podía compartir,
en el tiempo que le dedicaba a los demás, en la renuncia que
hacía de sí mismo por servir estaba el tesoro que tanto había deseado
PERDÓN
El tema del día era «resentimiento», y el maestro nos había
pedido que lleváramos papas y una bolsa de plástico.
Ya en clase, elegimos una papa por cada persona que guardábamos
resentimiento: escribimos su nombre en ella y la pusimos
dentro de la bolsa.
Como te puedes imaginar, algunas bolsas eran realmente
pesadas. El ejercicio consistía en que durante una semana lleváramos
con nosotros, donde fuéramos, esa bolsa de papas.
Naturalmente, la condición de las papas se iba deteriorando
con el tiempo. El fastidio de acarrear esa bolsa en todo momento
me mostró claramente el peso espiritual que cargaba a
diario y cómo, mientras ponía mi atención en ella para no olvidarla
en ningún lado, desatendía tareas que eran más importantes
para mí.
Todos tenemos papas pudriéndose en nuestra mochila. Este
ejercicio fue una gran metáfora del precio que pagaba a diario
por mantenerme en el dolor, la rabia y la negatividad. Me di
cuenta que cuando hacía importantes los temas incompletos o
las promesas no cumplidas me llenaba de resentimiento, aumentaba
mi estrés, no dormía bien y mi atención se dispersaba. Perdonar
y dejarlas ir me llenó de paz y calma alimentando mi espíritu
de poder personal.
«Reconoce que no sabes toda la historia. Una de las cosas
que puede ayudarte a perdonar es reconocer tu ignorancia.»
EL CUENTO DEL AMOR Y LA LOCURA..
Mario Benedetti
Cuentan que una vez se reunieron en algún lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los seres humanos.
Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso: “¡Vamos a jugar al escondite!”.
La Intriga levantó la ceja intrigada y la Curiosidad, sin poder contenerse, le preguntó: “¿Al escondite? Y, ¿cómo es eso?”. “Es un juego —explicó la Locura— en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón, y, cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes al que yo encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego”.
El Entusiasmo bailó entusiasmado secundado por la Euforia. La Alegría dio tantos saltos que terminó convenciendo a la Duda, e incluso a la Apatía, a la que nunca le interesaba hacer nada.
Pero no todos querían participar. La Verdad prefirió no esconderse… ¿para qué? si al final siempre la hallaban. Y la Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en realidad lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido suya). Y la Cobardía prefirió no arriesgarse.
“Uno, dos tres…”, comenzó a contar la Locura.
La primera en esconderse fue la Pereza. Como siempre tan perezosa se dejó caer tras la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo, y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo que, con su propio esfuerzo, había logrado subir a la copa del árbol más alto. La Generosidad casi no alcanzó a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos. Que si un lago cristalino para la Belleza; que si una hendida en un árbol, perfecto para la Timidez; que si el vuelo de una mariposa, lo mejor para la Voluptuosidad; que si una ráfaga de viento, magnífico para la Libertad;… Y así terminó por acurrucarse en un rayito de sol.
El Egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio: aireado, cómodo,… pero sólo para él. La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (mentira, se escondió detrás del arco iris). La Pasión y el Deseo, en el centro de los volcanes. El Olvido,… se me olvidó dónde se escondió el Olvido, pero eso no es lo más importante.
La Locura contaba ya novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve… Y el Drogamor no había aún encontrado sitio para esconderse entre sus flores.
Un millón contó la Locura y comenzó a buscar.
La primera a la que encontró fue la Pereza,… a sólo tres pasos detrás de unas piedras. Después se escuchó la Fe discutiendo con Dios sobre Teología, y a la Pasión y el Deseo los sintió vibrar en los volcanes. En un descuido encontró a la Envidia y, claro, pudo deducir dónde estaba el Triunfo. Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo, él solo salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed, y al acercarse al lago descubrió a la Belleza. Y con la Duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada en una cerca sin decidir aún dónde esconderse.
Así fue encontrando a todos. Al Talento entre la hierba fresca, a la Angustia en una oscura cueva, a la Mentira detrás del arco iris (mentira,… en el fondo del mar). Hasta el Olvido,… que ya se había olvidado que estaba jugando a las escondidas.
Pero, sólo el Amor no aparecía por ningún sitio.
La Locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, y en la cima de las montañas, y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal y pensó: “El Amor, siempre tan cursi, seguro se escondió entre las rosas”. Y tomando una horquilla comenzó a mover las ramas,… cuando de pronto se escuchó un doloroso grito… Las espinas habían herido los ojos del Amor, y la Locura no sabía qué hacer para disculparse. Lloró, rogó, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó en la Tierra al escondite, el Amor es ciego,… y la Locura siempre lo acompaña.
FRASES..
LA VIDA ESTA LLENA DE PEQUEÑAS VICTORIAS Y DERROTAS, PARA TODO LO QUE TOMAMOS CON NOSOTROS, DEBEMOS DEJAR ALGO ATRAS"
VERANO DEL 42
UNA DE MIS PELICULAS FAVORITAS.........
UN COMENTARIO..
REGALA UN ABRAZO A QUIEN NO CONOCES, AL QUE PIENSES LO NECESITA, O SOLO PORQUE TE NACE, ES LA FORMA MAS SIMPLE DE COMENZAR A CAMBIAR ESTE MUNDO FRIO.....NO CUESTA NADA..
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