ANTHONY QUINN fue un reconocido actor mexicano, nacionalizado estadounidense, ganador de dos premios Oscar.
Antonio Rodolfo Quinn Oaxaca nació el 21 de abril de 1915 en Chihuahua, México. Su padre, Francisco Quinn, era mexicano pero de ancestros irlandeses. Se conoce que participó en la Revolución Mexicana y, según la leyenda, luchó junto a Pancho Villa. Fue allí en donde conoció a Manuela Oaxaca, de raíces autóctonas, futura madre del actor.
En 1920, la familia se trasladó a Los Ángeles buscando mejor fortuna. Antonio, con apenas cinco años de edad, trabajaba como lustrabotas y vendedor callejero de periódicos.
Estudió en escuelas de su barrio, sin terminar sus estudios, ya que en 1926 su padre falleció, y esto lo obligó a buscar trabajos para ayudar a su familia. En su infancia, enmarcada en una gran pobreza, llegó a plantearse la posibilidad de ser sacerdote.
Siendo adolescente, llegó a trabajar como obrero y carnicero antes de convertirse en boxeador aprovechando su altura y complexión. Tras ser derrotado y dejar el boxeo, comenzó a estudiar arte y arquitectura bajo la tutela del famoso arquitecto Frank Lloyd Wright, llegando a obtener el primer premio en un concurso de arquitectura. Fue justamente Lloyd Wright, quien lo alentó a tomar la oferta que un estudio le había hecho: trescientos dólares semanales.
En 1936 ingresó en la industria cinematográfica y ese mismo año, mientras filmaba “El Llanero” del legendario director Cecil B. DeMille, conoció a Catherine DeMille, hija del director de la película, y quién sería la madre de cinco de sus hijos.
Debido a sus raíces mexicanas, la primera parte de su carrera se vio enmarcada por la discriminación. Sus papeles eran siempre roles menores, como villano o ladrón. En la década del cuarenta, desencantado de Hollywood, buscó refugio en el teatro, en donde sus actuaciones le reportaron gran reconocimiento de prensa y público.
Tras volver al cine y obtener sus primeros estelares, Elia Kazan lo incluyó en la película “¡Viva Zapata!” de 1952. Su actuación le valdría el Oscar al mejor actor de reparto, convirtiéndose en el primer latino en obtener dicha distinción.
En 1954 protagonizó junto a Giulietta Masina, la obra maestra de Federico Fellini: “La Strada”. La película sería un enorme éxito y consagraría a Quinn como una estrella de la cinematografía mundial. En 1957 ganó su segundo Oscar, esta vez por la película “Lust for Life” (1956) de Vincente Minelli.
Durante el resto de su carrera, hasta su muerte en 2001, Anthony Quinn siguió brindando actuaciones memorables en películas tan icónicas como “Wild is the Wind” (1957), “Lawrence de Arabia” (1962) o “Zorba el Griego” (1964), películas por las cuales sería nuevamente nominado a los premios Oscar.
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