JOHN WAYNE
Nació el 26 de mayo de 1907 en Winterset, Iowa (Estados Unidos). Hijo de Clyde
Morrison y de Mary Alberta Brown. Siendo un niño su familia se trasladó a
Lancaster, en el desierto del Mojave debido a una afección pulmonar del padre
buscaban un clima más cálido. Se hicieron cargo de un pequeño rancho, donde el
pequeño Marion aprende a montar a caballo con soltura. Posteriormente se
trasladaron a Glendole, en California, una localidad más cercana a Los Angeles.
El padre se emplea en una farmacia y él, con once años -todavía en la escuela-
empieza a trabajar repartiendo periódicos y las recetas de su padre
aficionándose al cine donde trabaja los sábados en una sala del pueblo.
Sobresalió como deportista en la universidad de Southern California, aunque dejó
el deporte para dedicarse al cine, donde se inició como atrezzista en la Fox.
Aparece en pequeños papeles y aparece por primera vez en los créditos de una
película con el nombre de "Duke" Morrison (Words and Music, 1929). Pero Walsh es
quien, en La gran jornada, un año después lo lanzará (y con el nombre que va a
conservar) encarnando a un seductor peinado con brillantina, recién salido de
las manos del sastre. Siguieron otros en películas de poca importancia hasta que
en 1939, con La diligencia, de John Ford, se inició una de las más brillantes
carreras de la historia del cine. Fue una gran estrella durante 40 años,
sobresaliendo en películas como Fort Apache (1948), El hombre tranquilo (1952) o
Centauros del desierto (1953), dirigidas también por Ford, El Álamo (1960) o
Boinas verdes (1968), producidas y dirigidas por él mismo o Valor de ley (1969),
de Henry Hathaway. Apareció por última vez en la gran pantalla en El último
pistolero (1976), de Don Siegel. Intervino en 157 películas, bajo la dirección
de los realizadores más prestigiosos de Hollywood, aunque su carrera estuvo
marcada por los 20 largometrajes que rodó con John Ford. En 1963, se le detectó
un cáncer de pulmón, y en 1978 sufre una operación a corazón abierto. Falleció
el 11 de junio de 1979. Fue enterrado en el Pacific View Memorial Park de
Newport, con el epitafio en castellano: " Feo, fuerte y formal ".
FILMOGRAFIA
1976 The Shootist
1975 Brannigan
1975 Rooster Cogburn
1974 McQ
1973 The Train Robbers
1973 Cahill: United States Marshal
1972 The
Cowboys
1972 Cancel My Reservation
1971 Big Jake
1970 Rio
Lobo
1970 Chisum
1969 True Grit
1969 The Undefeated
1968 The
Green Berets Actor / Director
1968 Hellfighters
1967 El Dorado
1967
The War Wagon
1966 Cast a Giant Shadow
1965 The Sons of Katie Elder
1965 The Greatest Story Ever Told
1965 In Harm's Way
1964 Circus
World
1963 McLintock!
1963 How the West Was Won
1963 Donovan's Reef
1962 The Longest Day
1962 The Man Who Shot Liberty Valance
1962
Hatari!
1961 The Comancheros
1960 The Alamo Director / Productor /
Actor
1960 North to Alaska
1959 The Horse Soldiers
1959 Rio Bravo
1958 The Barbarian and the Geisha
1957 Jet Pilot
1957 Legend of the
Lost
1957 The Wings of Eagles
1956 The Conqueror
1956 I Married a
Woman
1956 The Searchers
1955 The Sea Chase Y MAS.....
domingo, 29 de abril de 2012
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UN LARGO Y ARDIENTE VERANO..
RECUERDOS..
MI TV.
MIS SERIES DE LOS 60'
JAMES FRANCISCUS..
EL SANTO"
RUTA 66
EL CUENTO DEL AMOR Y LA LOCURA..
Mario Benedetti
Cuentan que una vez se reunieron en algún lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los seres humanos.
Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso: “¡Vamos a jugar al escondite!”.
La Intriga levantó la ceja intrigada y la Curiosidad, sin poder contenerse, le preguntó: “¿Al escondite? Y, ¿cómo es eso?”. “Es un juego —explicó la Locura— en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón, y, cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes al que yo encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego”.
El Entusiasmo bailó entusiasmado secundado por la Euforia. La Alegría dio tantos saltos que terminó convenciendo a la Duda, e incluso a la Apatía, a la que nunca le interesaba hacer nada.
Pero no todos querían participar. La Verdad prefirió no esconderse… ¿para qué? si al final siempre la hallaban. Y la Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en realidad lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido suya). Y la Cobardía prefirió no arriesgarse.
“Uno, dos tres…”, comenzó a contar la Locura.
La primera en esconderse fue la Pereza. Como siempre tan perezosa se dejó caer tras la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo, y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo que, con su propio esfuerzo, había logrado subir a la copa del árbol más alto. La Generosidad casi no alcanzó a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos. Que si un lago cristalino para la Belleza; que si una hendida en un árbol, perfecto para la Timidez; que si el vuelo de una mariposa, lo mejor para la Voluptuosidad; que si una ráfaga de viento, magnífico para la Libertad;… Y así terminó por acurrucarse en un rayito de sol.
El Egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio: aireado, cómodo,… pero sólo para él. La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (mentira, se escondió detrás del arco iris). La Pasión y el Deseo, en el centro de los volcanes. El Olvido,… se me olvidó dónde se escondió el Olvido, pero eso no es lo más importante.
La Locura contaba ya novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve… Y el Drogamor no había aún encontrado sitio para esconderse entre sus flores.
Un millón contó la Locura y comenzó a buscar.
La primera a la que encontró fue la Pereza,… a sólo tres pasos detrás de unas piedras. Después se escuchó la Fe discutiendo con Dios sobre Teología, y a la Pasión y el Deseo los sintió vibrar en los volcanes. En un descuido encontró a la Envidia y, claro, pudo deducir dónde estaba el Triunfo. Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo, él solo salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed, y al acercarse al lago descubrió a la Belleza. Y con la Duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada en una cerca sin decidir aún dónde esconderse.
Así fue encontrando a todos. Al Talento entre la hierba fresca, a la Angustia en una oscura cueva, a la Mentira detrás del arco iris (mentira,… en el fondo del mar). Hasta el Olvido,… que ya se había olvidado que estaba jugando a las escondidas.
Pero, sólo el Amor no aparecía por ningún sitio.
La Locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, y en la cima de las montañas, y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal y pensó: “El Amor, siempre tan cursi, seguro se escondió entre las rosas”. Y tomando una horquilla comenzó a mover las ramas,… cuando de pronto se escuchó un doloroso grito… Las espinas habían herido los ojos del Amor, y la Locura no sabía qué hacer para disculparse. Lloró, rogó, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó en la Tierra al escondite, el Amor es ciego,… y la Locura siempre lo acompaña.
Cuentan que una vez se reunieron en algún lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los seres humanos.
Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso: “¡Vamos a jugar al escondite!”.
La Intriga levantó la ceja intrigada y la Curiosidad, sin poder contenerse, le preguntó: “¿Al escondite? Y, ¿cómo es eso?”. “Es un juego —explicó la Locura— en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón, y, cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes al que yo encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego”.
El Entusiasmo bailó entusiasmado secundado por la Euforia. La Alegría dio tantos saltos que terminó convenciendo a la Duda, e incluso a la Apatía, a la que nunca le interesaba hacer nada.
Pero no todos querían participar. La Verdad prefirió no esconderse… ¿para qué? si al final siempre la hallaban. Y la Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en realidad lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido suya). Y la Cobardía prefirió no arriesgarse.
“Uno, dos tres…”, comenzó a contar la Locura.
La primera en esconderse fue la Pereza. Como siempre tan perezosa se dejó caer tras la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo, y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo que, con su propio esfuerzo, había logrado subir a la copa del árbol más alto. La Generosidad casi no alcanzó a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos. Que si un lago cristalino para la Belleza; que si una hendida en un árbol, perfecto para la Timidez; que si el vuelo de una mariposa, lo mejor para la Voluptuosidad; que si una ráfaga de viento, magnífico para la Libertad;… Y así terminó por acurrucarse en un rayito de sol.
El Egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio: aireado, cómodo,… pero sólo para él. La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (mentira, se escondió detrás del arco iris). La Pasión y el Deseo, en el centro de los volcanes. El Olvido,… se me olvidó dónde se escondió el Olvido, pero eso no es lo más importante.
La Locura contaba ya novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve… Y el Drogamor no había aún encontrado sitio para esconderse entre sus flores.
Un millón contó la Locura y comenzó a buscar.
La primera a la que encontró fue la Pereza,… a sólo tres pasos detrás de unas piedras. Después se escuchó la Fe discutiendo con Dios sobre Teología, y a la Pasión y el Deseo los sintió vibrar en los volcanes. En un descuido encontró a la Envidia y, claro, pudo deducir dónde estaba el Triunfo. Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo, él solo salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed, y al acercarse al lago descubrió a la Belleza. Y con la Duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada en una cerca sin decidir aún dónde esconderse.
Así fue encontrando a todos. Al Talento entre la hierba fresca, a la Angustia en una oscura cueva, a la Mentira detrás del arco iris (mentira,… en el fondo del mar). Hasta el Olvido,… que ya se había olvidado que estaba jugando a las escondidas.
Pero, sólo el Amor no aparecía por ningún sitio.
La Locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, y en la cima de las montañas, y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal y pensó: “El Amor, siempre tan cursi, seguro se escondió entre las rosas”. Y tomando una horquilla comenzó a mover las ramas,… cuando de pronto se escuchó un doloroso grito… Las espinas habían herido los ojos del Amor, y la Locura no sabía qué hacer para disculparse. Lloró, rogó, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó en la Tierra al escondite, el Amor es ciego,… y la Locura siempre lo acompaña.
FRASES..
LA VIDA ESTA LLENA DE PEQUEÑAS VICTORIAS Y DERROTAS, PARA TODO LO QUE TOMAMOS CON NOSOTROS, DEBEMOS DEJAR ALGO ATRAS"
VERANO DEL 42
UNA DE MIS PELICULAS FAVORITAS.........
VERANO DEL 42
UNA DE MIS PELICULAS FAVORITAS.........
UN COMENTARIO..
REGALA UN ABRAZO A QUIEN NO CONOCES, AL QUE PIENSES LO NECESITA, O SOLO PORQUE TE NACE, ES LA FORMA MAS SIMPLE DE COMENZAR A CAMBIAR ESTE MUNDO FRIO.....NO CUESTA NADA..
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