ANGIE DICKINSON
Angie Dickinson (Kulm, Dakota del Norte, Estados Unidos, 30 de septiembre de
1931) es una actriz de cine y televisión norteamericana ganadora de un Globo de
Oro. Ha trabajado con múltiples figuras del cine como Howard Hawks, Frank Sinatra, Marlon Brando y Gus Van Sant, pero es
recordada principalmente por su personificación de la Sargenta Leann "Pepper"
Anderson en la influyente serie de televisión La mujer policía, la primera de su
género protagonizada por una mujer y que fue precedente de Los
ángeles de Charlie.
En el día de Año Nuevo
de 1954, Dickinson debutó como actriz en un episodio de la serie Death
Valley Days. Esto la llevó a interpretar otros papeles en producciones
como Buffalo Bill Jr, ocho episodios de Matinee Theatre,
General Electric Theater, The Life and Legend of Wyatt Earp,
Broken Arrow, Gunsmoke, Cheyenne, Meet
McGraw, The Restless Gun, Perry Mason, Mike Hammer, Wagon
Train, Men Into
Space, y un giro memorable como una cómplice de asesinato en un episodio
de 1964 de la clásica serie The Fugitive, junto con David Janssen y la estrella
invitada Robert Duvall.
En 1965, interpretó a Carol Tredman en Dr.
Kildare.
Fue otro western lo que la propulsó a ser conocida en Hollywood: la película Río
Bravo, de Howard
Hawks (1959), en la cual interpretó a una jugadora compulsiva llamada
Feathers quien está a punto de ser encarcelada por el policía local,
interpretado por el ídolo de su infancia, John Wayne. La película fue co-protagonizada por Dean Martin, Ricky Nelson y Walter Brennan. Cuando
Hawks vendió su contrato personal con ella a un estudio más grande sin
informarle, se sintió considerablemente disgustada, ya que se desvanecían sus
esperanzas de que el director la eligiría sobre Lauren Bacall para sus películas.
Dickinson regresó a la pantalla chica en marzo de 1974 para interpretar a un
personaje en un episodio de la antológica serie Police
Story. Esa aparición como estrella invitada fue tan popular que la NBC decidió crear una serie de
detectives semanal llamada La mujer policía, en donde
personificaría a la primera policía mujer exitosa en la televisión. (Beverly Garland y Anne Francis ya habían hecho
papeles similares, pero sus programas habían durado poco tiempo). Dickinson
interpretó a la Sgt. Leann "Pepper" Anderson, una policía rubia con clase,
miembro de la Unidad de Conspiración Criminal del Departamento de Policía de Los
Angeles. Como mujer dura pero encantadora, Pepper adopta un número de disfraces
para atraer a los criminales a las garras de la justicia.
El papel consolidó la fama de Dickinson como sex symbol de más de 40
años. Se convirtió en un ícono
popular de los 70. Mujer Policía fue emitido en más de setenta
países, convirtiéndose en el programa más exitoso en muchos de ellos. Fue
esencialmente la respuesta femenina de la NBC a otra serie de detectives de
los 70 protagonizada por hombres, como Hawaii Five-O, Kojak, The Streets of San Francisco,
McMillan and Wife, The Rockford
Files y Baretta, las
cuales se emitían en tres canales diferentes.
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UN LARGO Y ARDIENTE VERANO..
RECUERDOS..
MI TV.
MIS SERIES DE LOS 60'
JAMES FRANCISCUS..
EL SANTO"
RUTA 66
EL CUENTO DEL AMOR Y LA LOCURA..
Mario Benedetti
Cuentan que una vez se reunieron en algún lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los seres humanos.
Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso: “¡Vamos a jugar al escondite!”.
La Intriga levantó la ceja intrigada y la Curiosidad, sin poder contenerse, le preguntó: “¿Al escondite? Y, ¿cómo es eso?”. “Es un juego —explicó la Locura— en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón, y, cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes al que yo encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego”.
El Entusiasmo bailó entusiasmado secundado por la Euforia. La Alegría dio tantos saltos que terminó convenciendo a la Duda, e incluso a la Apatía, a la que nunca le interesaba hacer nada.
Pero no todos querían participar. La Verdad prefirió no esconderse… ¿para qué? si al final siempre la hallaban. Y la Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en realidad lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido suya). Y la Cobardía prefirió no arriesgarse.
“Uno, dos tres…”, comenzó a contar la Locura.
La primera en esconderse fue la Pereza. Como siempre tan perezosa se dejó caer tras la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo, y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo que, con su propio esfuerzo, había logrado subir a la copa del árbol más alto. La Generosidad casi no alcanzó a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos. Que si un lago cristalino para la Belleza; que si una hendida en un árbol, perfecto para la Timidez; que si el vuelo de una mariposa, lo mejor para la Voluptuosidad; que si una ráfaga de viento, magnífico para la Libertad;… Y así terminó por acurrucarse en un rayito de sol.
El Egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio: aireado, cómodo,… pero sólo para él. La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (mentira, se escondió detrás del arco iris). La Pasión y el Deseo, en el centro de los volcanes. El Olvido,… se me olvidó dónde se escondió el Olvido, pero eso no es lo más importante.
La Locura contaba ya novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve… Y el Drogamor no había aún encontrado sitio para esconderse entre sus flores.
Un millón contó la Locura y comenzó a buscar.
La primera a la que encontró fue la Pereza,… a sólo tres pasos detrás de unas piedras. Después se escuchó la Fe discutiendo con Dios sobre Teología, y a la Pasión y el Deseo los sintió vibrar en los volcanes. En un descuido encontró a la Envidia y, claro, pudo deducir dónde estaba el Triunfo. Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo, él solo salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed, y al acercarse al lago descubrió a la Belleza. Y con la Duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada en una cerca sin decidir aún dónde esconderse.
Así fue encontrando a todos. Al Talento entre la hierba fresca, a la Angustia en una oscura cueva, a la Mentira detrás del arco iris (mentira,… en el fondo del mar). Hasta el Olvido,… que ya se había olvidado que estaba jugando a las escondidas.
Pero, sólo el Amor no aparecía por ningún sitio.
La Locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, y en la cima de las montañas, y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal y pensó: “El Amor, siempre tan cursi, seguro se escondió entre las rosas”. Y tomando una horquilla comenzó a mover las ramas,… cuando de pronto se escuchó un doloroso grito… Las espinas habían herido los ojos del Amor, y la Locura no sabía qué hacer para disculparse. Lloró, rogó, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó en la Tierra al escondite, el Amor es ciego,… y la Locura siempre lo acompaña.
Cuentan que una vez se reunieron en algún lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los seres humanos.
Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso: “¡Vamos a jugar al escondite!”.
La Intriga levantó la ceja intrigada y la Curiosidad, sin poder contenerse, le preguntó: “¿Al escondite? Y, ¿cómo es eso?”. “Es un juego —explicó la Locura— en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón, y, cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes al que yo encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego”.
El Entusiasmo bailó entusiasmado secundado por la Euforia. La Alegría dio tantos saltos que terminó convenciendo a la Duda, e incluso a la Apatía, a la que nunca le interesaba hacer nada.
Pero no todos querían participar. La Verdad prefirió no esconderse… ¿para qué? si al final siempre la hallaban. Y la Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en realidad lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido suya). Y la Cobardía prefirió no arriesgarse.
“Uno, dos tres…”, comenzó a contar la Locura.
La primera en esconderse fue la Pereza. Como siempre tan perezosa se dejó caer tras la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo, y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo que, con su propio esfuerzo, había logrado subir a la copa del árbol más alto. La Generosidad casi no alcanzó a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos. Que si un lago cristalino para la Belleza; que si una hendida en un árbol, perfecto para la Timidez; que si el vuelo de una mariposa, lo mejor para la Voluptuosidad; que si una ráfaga de viento, magnífico para la Libertad;… Y así terminó por acurrucarse en un rayito de sol.
El Egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio: aireado, cómodo,… pero sólo para él. La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (mentira, se escondió detrás del arco iris). La Pasión y el Deseo, en el centro de los volcanes. El Olvido,… se me olvidó dónde se escondió el Olvido, pero eso no es lo más importante.
La Locura contaba ya novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve… Y el Drogamor no había aún encontrado sitio para esconderse entre sus flores.
Un millón contó la Locura y comenzó a buscar.
La primera a la que encontró fue la Pereza,… a sólo tres pasos detrás de unas piedras. Después se escuchó la Fe discutiendo con Dios sobre Teología, y a la Pasión y el Deseo los sintió vibrar en los volcanes. En un descuido encontró a la Envidia y, claro, pudo deducir dónde estaba el Triunfo. Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo, él solo salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed, y al acercarse al lago descubrió a la Belleza. Y con la Duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada en una cerca sin decidir aún dónde esconderse.
Así fue encontrando a todos. Al Talento entre la hierba fresca, a la Angustia en una oscura cueva, a la Mentira detrás del arco iris (mentira,… en el fondo del mar). Hasta el Olvido,… que ya se había olvidado que estaba jugando a las escondidas.
Pero, sólo el Amor no aparecía por ningún sitio.
La Locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, y en la cima de las montañas, y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal y pensó: “El Amor, siempre tan cursi, seguro se escondió entre las rosas”. Y tomando una horquilla comenzó a mover las ramas,… cuando de pronto se escuchó un doloroso grito… Las espinas habían herido los ojos del Amor, y la Locura no sabía qué hacer para disculparse. Lloró, rogó, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó en la Tierra al escondite, el Amor es ciego,… y la Locura siempre lo acompaña.
FRASES..
LA VIDA ESTA LLENA DE PEQUEÑAS VICTORIAS Y DERROTAS, PARA TODO LO QUE TOMAMOS CON NOSOTROS, DEBEMOS DEJAR ALGO ATRAS"
VERANO DEL 42
UNA DE MIS PELICULAS FAVORITAS.........
VERANO DEL 42
UNA DE MIS PELICULAS FAVORITAS.........
UN COMENTARIO..
REGALA UN ABRAZO A QUIEN NO CONOCES, AL QUE PIENSES LO NECESITA, O SOLO PORQUE TE NACE, ES LA FORMA MAS SIMPLE DE COMENZAR A CAMBIAR ESTE MUNDO FRIO.....NO CUESTA NADA..
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