Carol Lynley (n. 13
de febrero de 1942) es una actriz
estadounidense.
Nacida en New
York, EE. UU.,
empezó su carrera en TV shows, en
los años 50s-60s como: Goodyear Television Playhouse - General Electric Theater
- Shirley Temple's Storybook - Alcoa Premiere - The Merv Griffin Show - The
Tonight Show - Bob Hope Presents the Chrysler Theatre.
En 1972 actúa en la película La aventura
del Poseidón con Gene
Hackman, en 1977 protagoniza Bad
Georgia Road con Gary
Lockwood, en 1979 en The Shape of
Things to Come, un film de ciencia ficción.
En los 80s actua en las películas: El Vigilante, Hammer House of
Mystery and Suspense Tv, Dark Tower, Balboa con Tony Curtis y Blackout.
En los 90s protagoniza Howling VI: The Freaks, film de terror de 1991 y Drowning on Dry Land (1999) con Barbara Hershey... Sus últimos trabajos son:
A Light in the Forest (2002) y
Vic (2006).
Carol pasó como invitada en series de televisión como: The Alfred Hitchcock
Hour - El
virginiano - El agente de Cipol - Valle de
pasiones - Los
invasores - El F.B.I. en acción - El inmortal - Mannix - El mago - Mujer
policía - Los ángeles de Charlie - La Isla
de la Fantasía - Kojak - Vacaciones en el
mar - Hotel - The Fall Guy - Hart to Hart, entre
muchas.
viernes, 1 de junio de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
UN LARGO Y ARDIENTE VERANO..
RECUERDOS..
MI TV.
MIS SERIES DE LOS 60'
JAMES FRANCISCUS..
EL SANTO"
RUTA 66
EL CUENTO DEL AMOR Y LA LOCURA..
Mario Benedetti
Cuentan que una vez se reunieron en algún lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los seres humanos.
Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso: “¡Vamos a jugar al escondite!”.
La Intriga levantó la ceja intrigada y la Curiosidad, sin poder contenerse, le preguntó: “¿Al escondite? Y, ¿cómo es eso?”. “Es un juego —explicó la Locura— en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón, y, cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes al que yo encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego”.
El Entusiasmo bailó entusiasmado secundado por la Euforia. La Alegría dio tantos saltos que terminó convenciendo a la Duda, e incluso a la Apatía, a la que nunca le interesaba hacer nada.
Pero no todos querían participar. La Verdad prefirió no esconderse… ¿para qué? si al final siempre la hallaban. Y la Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en realidad lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido suya). Y la Cobardía prefirió no arriesgarse.
“Uno, dos tres…”, comenzó a contar la Locura.
La primera en esconderse fue la Pereza. Como siempre tan perezosa se dejó caer tras la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo, y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo que, con su propio esfuerzo, había logrado subir a la copa del árbol más alto. La Generosidad casi no alcanzó a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos. Que si un lago cristalino para la Belleza; que si una hendida en un árbol, perfecto para la Timidez; que si el vuelo de una mariposa, lo mejor para la Voluptuosidad; que si una ráfaga de viento, magnífico para la Libertad;… Y así terminó por acurrucarse en un rayito de sol.
El Egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio: aireado, cómodo,… pero sólo para él. La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (mentira, se escondió detrás del arco iris). La Pasión y el Deseo, en el centro de los volcanes. El Olvido,… se me olvidó dónde se escondió el Olvido, pero eso no es lo más importante.
La Locura contaba ya novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve… Y el Drogamor no había aún encontrado sitio para esconderse entre sus flores.
Un millón contó la Locura y comenzó a buscar.
La primera a la que encontró fue la Pereza,… a sólo tres pasos detrás de unas piedras. Después se escuchó la Fe discutiendo con Dios sobre Teología, y a la Pasión y el Deseo los sintió vibrar en los volcanes. En un descuido encontró a la Envidia y, claro, pudo deducir dónde estaba el Triunfo. Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo, él solo salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed, y al acercarse al lago descubrió a la Belleza. Y con la Duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada en una cerca sin decidir aún dónde esconderse.
Así fue encontrando a todos. Al Talento entre la hierba fresca, a la Angustia en una oscura cueva, a la Mentira detrás del arco iris (mentira,… en el fondo del mar). Hasta el Olvido,… que ya se había olvidado que estaba jugando a las escondidas.
Pero, sólo el Amor no aparecía por ningún sitio.
La Locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, y en la cima de las montañas, y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal y pensó: “El Amor, siempre tan cursi, seguro se escondió entre las rosas”. Y tomando una horquilla comenzó a mover las ramas,… cuando de pronto se escuchó un doloroso grito… Las espinas habían herido los ojos del Amor, y la Locura no sabía qué hacer para disculparse. Lloró, rogó, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó en la Tierra al escondite, el Amor es ciego,… y la Locura siempre lo acompaña.
Cuentan que una vez se reunieron en algún lugar de la Tierra todos los sentimientos y cualidades de los seres humanos.
Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan loca, les propuso: “¡Vamos a jugar al escondite!”.
La Intriga levantó la ceja intrigada y la Curiosidad, sin poder contenerse, le preguntó: “¿Al escondite? Y, ¿cómo es eso?”. “Es un juego —explicó la Locura— en el que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón, y, cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes al que yo encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego”.
El Entusiasmo bailó entusiasmado secundado por la Euforia. La Alegría dio tantos saltos que terminó convenciendo a la Duda, e incluso a la Apatía, a la que nunca le interesaba hacer nada.
Pero no todos querían participar. La Verdad prefirió no esconderse… ¿para qué? si al final siempre la hallaban. Y la Soberbia opinó que era un juego muy tonto (en realidad lo que le molestaba era que la idea no hubiese sido suya). Y la Cobardía prefirió no arriesgarse.
“Uno, dos tres…”, comenzó a contar la Locura.
La primera en esconderse fue la Pereza. Como siempre tan perezosa se dejó caer tras la primera piedra del camino. La Fe subió al cielo, y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo que, con su propio esfuerzo, había logrado subir a la copa del árbol más alto. La Generosidad casi no alcanzó a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos. Que si un lago cristalino para la Belleza; que si una hendida en un árbol, perfecto para la Timidez; que si el vuelo de una mariposa, lo mejor para la Voluptuosidad; que si una ráfaga de viento, magnífico para la Libertad;… Y así terminó por acurrucarse en un rayito de sol.
El Egoísmo, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio: aireado, cómodo,… pero sólo para él. La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (mentira, se escondió detrás del arco iris). La Pasión y el Deseo, en el centro de los volcanes. El Olvido,… se me olvidó dónde se escondió el Olvido, pero eso no es lo más importante.
La Locura contaba ya novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve… Y el Drogamor no había aún encontrado sitio para esconderse entre sus flores.
Un millón contó la Locura y comenzó a buscar.
La primera a la que encontró fue la Pereza,… a sólo tres pasos detrás de unas piedras. Después se escuchó la Fe discutiendo con Dios sobre Teología, y a la Pasión y el Deseo los sintió vibrar en los volcanes. En un descuido encontró a la Envidia y, claro, pudo deducir dónde estaba el Triunfo. Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo, él solo salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed, y al acercarse al lago descubrió a la Belleza. Y con la Duda resultó más fácil todavía, pues la encontró sentada en una cerca sin decidir aún dónde esconderse.
Así fue encontrando a todos. Al Talento entre la hierba fresca, a la Angustia en una oscura cueva, a la Mentira detrás del arco iris (mentira,… en el fondo del mar). Hasta el Olvido,… que ya se había olvidado que estaba jugando a las escondidas.
Pero, sólo el Amor no aparecía por ningún sitio.
La Locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyo del planeta, y en la cima de las montañas, y cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal y pensó: “El Amor, siempre tan cursi, seguro se escondió entre las rosas”. Y tomando una horquilla comenzó a mover las ramas,… cuando de pronto se escuchó un doloroso grito… Las espinas habían herido los ojos del Amor, y la Locura no sabía qué hacer para disculparse. Lloró, rogó, pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó en la Tierra al escondite, el Amor es ciego,… y la Locura siempre lo acompaña.
FRASES..
LA VIDA ESTA LLENA DE PEQUEÑAS VICTORIAS Y DERROTAS, PARA TODO LO QUE TOMAMOS CON NOSOTROS, DEBEMOS DEJAR ALGO ATRAS"
VERANO DEL 42
UNA DE MIS PELICULAS FAVORITAS.........
VERANO DEL 42
UNA DE MIS PELICULAS FAVORITAS.........
UN COMENTARIO..
REGALA UN ABRAZO A QUIEN NO CONOCES, AL QUE PIENSES LO NECESITA, O SOLO PORQUE TE NACE, ES LA FORMA MAS SIMPLE DE COMENZAR A CAMBIAR ESTE MUNDO FRIO.....NO CUESTA NADA..
No hay comentarios:
Publicar un comentario